La Hermandad de Pasión publicó este folletillo con las coplas de Francisco Rodríguez Marín en torno a 1958 en la imprenta de Macías y Flores, cita en Sagasta, 19
Francisco Rodríguez Marín (Osuna, 27 de enero de 1855 – Madrid, 9 de julio de 1943) fue un poeta, folclorista, paremiólogo, lexicólogo y cervantista español. Joaquín Turina (Sevilla, 9 de diciembre de 1882- Madrid, 14 de enero de 1949), ilustre hermano de Pasión, compuso sus «Coplas de la Pasión» (1897) sobre estos textos.
«Rodríguez Marín también compone un poema al Señor de la Pasión de
la iglesia del Divino Salvador con el título de «Coplas al Señor de Pasión». Al
texto, cuya autoría también ha sido atribuida a Muñoz y Pabón- le pone música
Joaquín Turina, en 1897. El mismo compositor será el encargado de dirigir
su interpretación con la ayuda de un podium preparado ex profeso para suplir
su falta de estatura, y la limitación de la edad, como él mismo confiesa:
Yo mismo las dirigí. En el coro de la iglesia del Salvador se colocaba
la orquestita, integrada por una veintena de músicos. El tenor
Pardo y Astillero cantaron los solos acompañándoles un pequeño
coro de hombres. Mi maestro de capilla de la catedral, don
Evaristo García Gómez asistió al estreno.
Compuesta a la manera de «copla» al Santísimo Cristo de Pasión», en
la mejor tradición del villancico renacentista, la pieza, que está destinada al
culto interno de la hermandad, se canta entre el Sermón y el Tantum ergo…
…Su estilo italianizante» responde al gusto de la época, y denota la
influencia de Hilarión Eslava, autor del Miserere. La letra dice así:
Salid a la muralla
Doncellas de Sión;
Salid a ver el triunfo
Del nuevo Salomón.
Hermoso en sus dolores
Divino en la irrisión
Su cruz es tu reinado,
Su gloria tu pasión. (CORO)
LA FACETA MUSICAL DE RODRÍGUEZ MARÍN
Joaquín Rayego»
(Enrique Hernández Alemany (barítono), y Joaquín Ruiz (Tenor), interpretan las coplas de Turina de la Hermandad de Pasón. Dirige al órgano Fernando Caro. Iglesia de El Salvador, Sevilla, 1993.)
La Música en Pasión
La Archicofradía cuenta con varias marchas procesionales dedicadas a sus titulares, entre ellas la que se considera la más antigua de las compuesta para la Semana Santa de Sevilla: El Señor de Pasión (Ramón González Varela, 1897). De igual manera, destacan las composiciones para los cultos, entre las que destacan las debidas a Joaquín Turina, de las que el mejor ejemplo son las coplas de la Novena Salid a la muralla doncellas de Sion, de 1897, sobre letra de Francisco Rodríguez Marín, que aquí hemos reseñado.
En la estación de penitencia, el silencio en ambos pasos, ha sido una característica propia de la Hermandad. Como comenta el profesor Francisco de la Puente, que durante doce años ha trabajado en los archivos de la Hermandad, en un cabildo general celebrado poco después de Semana Santa, en el mes de mayo de 1900, Román Fernández -quien fue uno de los artífices de la fusión con la sacramental- propuso que para aumentar el ascetismo y rigor penitencial de nuestro discurrir procesional se eliminase la música, aprobándose con más de tres cuartas partes de los votos emitidos al respecto.
Quedó suprimido el acompañamiento musical con banda de música que entre 1881 y 1900 -tal como reseña José Manuel Castroviejo en su obra «De Bandas y Repertorios»- acompañó a la Virgen de la Merced por el silencio que nos es tan querido. Un silencio apropiado para una Hermandad de «negro» en un día de la importancia litúrgica del Jueves Santo. El silencio es un valor litúrgico en sí mismo y nos recuerda que nuestro Salvador yace bajo el poder de la oscuridad y la muerte, tan solo por dos dias en la historia de la Humanidad. La Virgen de la Merced, llora callada, acompañada por San Juan, con un puñal clavado en el corazón donde «conservaba todas estas cosas, meditándolas» (Lc 2, 19). Meditemos junto a Ella en el silencio.
Hermandad de Pasión - Archivo de Francisco Navarro, Colegial del Salvador Sevilla 